[Academia] Fwd: Reflexion Dr. Martin Aluja
Sergio Rosales Ledezma
sergiorole en gmail.com
Mar Mar 12 00:06:02 CST 2019
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Inicio del mensaje reenviado:
> De: CARLOS ROSALES <carrosled en gmail.com>
> Fecha: 11 de marzo de 2019, 11:06:00 p.m. GMT-6
> Para: Jorge Hernández Soto <jhs670915 en hotmail.com>, sergioro <sergioro en unam.mx>, Victoria Rosales <vrl680213 en hotmail.com>, Geraldine <geryrumi_ en hotmail.com>
> Asunto: Fwd: Reflexion Dr. Martin Aluja
>
>
> Les comparto esta reflexión que me parece muy acertada y digna de tomar
> en cuenta. Ojalá que AMLO no la tire a la basura.
>
> Saludos.
>
>
> "Respetuosa Reflexión y Propuesta de Constitución Ética dirigida al
> Presidente Andrés Manuel López Obrador", escrita por el Dr. Martín Aluja.
>
>
> Respetuosa Reflexión y Propuesta de Acuerdo Nacional para adoptar a la
> ética como eje vertebrador de la “Cuarta Transformación”, y de
> respetar y valorar a los científicos y tecnólogos de México, dirigida
> respetuosamente al Lic. Andrés Manuel López Obrador, Presidente
> Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
>
> Antes que nada, lo saludo con enorme gusto, aprecio y el debido respeto
> que merece su alta investidura Sr. Presidente. También, con el profundo
> respeto que merecen los más de 30 millones de conciudadanos que votaron
> por Usted. Le escribo hondamente preocupado por el tono de las
> interacciones recientes entre el “Poder”, por Usted representado, y el
> “Pueblo”, al que un servidor pertenece. Mi única y sincera intención
> es la de contribuir a un diálogo intelectualmente honesto, enaltecedor
> y que coadyuve a un mejor entendimiento entre las y los mexicanos.
>
> De entrada, Sr. Presidente, deseo compartir con Usted y mis
> compatriotas, un extraordinario artículo que considero abonará mucho a
> este entendimiento y que fue escrito en 2004 por Paulina Rivero Weber,
> mujer que admiro mucho. Se llama la “Apología de la Inmoralidad”
> (Rivero-Weber, P. 2004 [agosto]. Este País: 46-50.) y es lectura
> obligatoria en el curso sobre ética científica que imparto desde ya
> más de 15 años. Citaré textualmente (por ello uso comillas) algunas
> partes fundamentales de este artículo que considero claves para hilar
> el argumento central de esta reflexión/propuesta que me atrevo a
> hacerle Sr. Presidente y que espero derive en un Acuerdo Nacional para
> adoptar a la ética como eje vertebrador de la “Cuarta Transformación”:
> “La moral, consiste en un conjunto de costumbres que han sido elevadas a
> nivel de normas, y que se proponen como el marco regulativo de la
> sociedad. En ese sentido, la moral pide seguidores, requiere de
> individuos que la sigan sin cuestionarla, y que tiene un cierto sentido
> gregario. De hecho, no existe algo así como la moral; existen
> diferentes morales, pues esta varía a través del tiempo y del espacio
> (y entre sociedades)”. De esto deriva que “la moral surge como una
> imposición de un cierto grupo social frente a otro”. Rivero Weber
> (2004), nos indica, en otras partes de su valioso artículo, que, por el
> contrario, “La acción ética – a diferencia de la acción moral –
> implica una reflexión, una interiorización, y la valentía necesaria
> para la autenticidad. La moral no exige tanto; sólo exige cumplimiento.
> La ética demanda el valor necesario para enfrentar la moral, requiere
> individuos capaces de romper con ella y crear algo nuevo, esto es:
> requiere valentía para ser libres ....” Paulina incluso se atreve a
> decir que “...la ética es la guarida para salvarnos de las inclemencias
> de la moral”. Le propongo en consecuencia, Sr. Presidente, que
> construyamos juntos una “Constitución Ética” y no una “Constitución
> Moral”. Es decir, refundemos nuestra patria y nuestras interacciones
> basándonos en la ética, que como nos ilustra tan elegantemente Rivero
> Weber, (2004), “requiere de individuos capaces de romper con una moral
> impuesta y crear algo nuevo, requiere de ciudadanos con la suficiente
> valentía para ser libres”. Respeto mucho y comparto plenamente su ideal
> Sr. Presidente de transformar al país en uno con ciudadanos buenos,
> decentes, solidarios, generosos, profundamente honestos. Pero le pido
> reflexionemos juntos si para lograrlo, no mejor olvidamos la “moral”
> castrante, y en su lugar adoptamos la “ética” libertaria como columna
> vertebradora de este nuevo país que todas y todos anhelamos, libre de
> miseria, simulación, corrupción, inmundicia, violencia y que garantice
> la libertad de pensar y expresar nuestra opinión sin ser linchados en
> plaza pública. En este momento, estoy ejerciendo esa libertad,
> asumiendo que Usted no me lo tomará a mal, ni que habrá represalias
> hacia mi persona, ni suyas, ni de sus colaboradores o seguidores, a
> quienes les reitero mi absoluto respeto. Estoy abogando Sr. Presidente,
> por una profunda honestidad intelectual, una ética genuina, y un
> diálogo edificante. Si acepta mi propuesta, le pediría en
> consecuencia, y con enorme respeto, que deje de acusar a quienes a veces
> pensamos diferente a Usted, o tenemos visiones de las cosas distintas a
> las suyas, de “enemigos”, “fifís”, “conservadores”, “camajanes”,
> “ternuritas”, y demás calificativos que Usted ha utilizado para
> denigrar a ese sector del pueblo que también forma parte de México y
> desea ser tomado en cuenta por el Presidente de tod en s l en s Mexican en s.
> Considero que la libertad de expresión y las opiniones críticas,
> siempre y cuando sean expresadas con respeto, educación y buena fe,
> deben formar parte de este nuevo país al que aspira Usted y aspiramos
> muchos millones de mexican en s. Le prometo que, si alcanzamos el acuerdo
> que le propongo de acoger a la ética como eje vertebrador de todas
> nuestras acciones, un servidor, y seguramente muchas otras personas, ya
> no usaremos descalificaciones genéricas, a la menor provocación y sin
> el menor respeto, contra las y los políticos tales como “corruptos”,
> “mentirosos”, “manipuladores”, “simuladores”, “hipócritas”, “mañosos”,
> “deshonestos”, “tranzas”, “rateros”, “ignorantes”, “abyectos”,
> “primitivos”, “indignos de nuestra confianza”, “egoístas”,
> “desconsiderados”, “inescrupulosos”, “indecentes”, “abusivos”,
> “parásitos sociales” y “deleznables”, entre muchos otros. A cambio,
> esperaríamos que las y los políticos, asuman un compromiso similar, y
> dejen de estarnos ofendiendo con el tipo de descalificativos mediante
> los cuales nos han pretendido desprestigiar en las últimas semanas.
> ¿Acepta Usted, esta muy respetuosa propuesta, Sr. Presidente? Asumo que
> a Usted también le molesta, y mucho, porque no le queda el saco, que la
> gente se refiera a Ustedes políticos con los desagradables
> calificativos antes descritos. En mi caso, como tampoco me queda el
> saco, no acepto y se lo reclamo con el debido respeto a su alta
> investidura, el que me trate como escoria de la sociedad acusándome
> entre otras cosas de “mafioso”. ¡Nunca lo he sido, no lo soy en este
> momento, y nunca lo seré gracias a mis abuelos, padres, maestros y
> amigos quienes me formaron en una cultura de valores! Tampoco considero
> que sea correcto, como le decía antes, que a cualquier persona que
> piense diferente a Usted, y lo exprese con respeto, se le acuse de
> inmediato calificándolo de “enemigo de la patria” o de la “Cuarta
> Transformación” (4T de aquí en adelante). Quien externe críticas
> sustanciadas/fundadas, aporte ideas buenas o diferentes, debe ser
> incorporado al largo proceso de transformación pacífica del país, no
> acusado de hereje. Tengo muy grabado el libro (obra teatral) de Bertolt
> Brecht, “Galileo Galilei”, que leí en la preparatoria. De esa lectura,
> me quedó claro que la persecución por tus ideas, por tus posiciones
> críticas, por tener valor civil, representa la tumba de un país o de
> una civilización. Le ruego Sr. Presidente, juegue el papel del líder
> que nos aleje de esos esquemas oscurantistas y, por el contrario, nos
> guíe por caminos llenos de luz, entendida la última, por libertad de
> pensamiento y expresión, respeto a la crítica fundada, fomento a la
> creatividad e ideas transformadoras. Por eso le propongo que adoptemos a
> la ética como “estado de carácter” o “modelo para tomar decisiones”
> (sensu Shamoo, A.E. & Resnik, D.B. 2003. Responsible Conduct of
> Research. Oxford University Press. Oxford, Inglaterra) en este proceso
> de regeneración en el que estamos inmersos, y nos olvidemos de la
> moral, bajo cuyo cobijo se han vergonzosamente asesinado, perseguido y
> torturado millones de personas en todo el mundo.
>
> Soy felizmente científico, específicamente entomólogo (el que estudia
> los insectos, en mi caso la plaga conocida como las Moscas de la Fruta
> que agusanan nuestros mangos, guayabas, chico zapotes, papayas o
> naranjas) y ecoetólogo (el que estudia el comportamiento de los
> animales, incluyendo los insectos, y su vínculo con la ecología). Le
> comento Sr. Presidente, siempre con respeto, que me siento profundamente
> indignado por el clima de linchamiento contra los científicos y
> tecnólogos que Usted mismo ha motivado al llamarnos repetidamente desde
> sus conferencias de prensa matutinas “machuchones”, “mafiosos”,
> “corruptos” y demás calificativos que, siguiendo los preceptos sobre
> civismo que me enseñó mi querido y admirado maestro Víctor Manuel
> Meza en la primaria, no le corresponden, al menos en mi humilde
> opinión, a un Jefe de Estado. Me preocupa que seguramente sintiéndose
> apoyado por estos calificativos tan denigrantes emitidos por Usted, uno
> de sus colaboradores haya llegado tan lejos de escribir que
> “ladrábamos” en un artículo de opinión reciente en la revista
> “Proceso”. ¿Qué tan bajo podemos caer Sr. Presidente? ¿Qué sigue en
> esta serie de descalificaciones a un gremio tan importante para el país
> que al parecer comienza a ser perseguido como lo fue en su momento
> Galileo Galilei? ¿Cuál es la intención detrás de denigrarnos de tan
> ruda manera ante la sociedad? Me preocupa sobremanera que nuestro
> Presidente nos trate con tal nivel de desprecio y desdén, nos denoste y
> acuse genéricamente, sin otorgarnos el derecho de réplica en el mismo
> foro desde el cual se nos ofende. Somos, en números redondos, 130
> millones de mexicanos, y de esos, el 0.02%, es decir 30,000, también en
> números redondos, somos científicos/tecnólogos certificados por el
> Sistema Nacional de Investigadores. Para fines prácticos, ¡no
> aparecemos en el mapa Sr. Presidente! Y, sin embargo, a pesar de
> representar un sector tan diminuto de la sociedad/pueblo, contribuimos
> significativamente a la soberanía del país, a su economía y al
> bienestar de la población. Le pido, con el mayor de los respetos Sr.
> Presidente, que deje de atacarnos y en su lugar se acerque a nosotros
> para dialogar y buscar vías que nos lleven a potenciar nuestra
> capacidad de resolver problemas y crear oportunidades. ¡Hagamos equipo
> Sr. Presidente! Permítanos apoyarlo, por ejemplo, en su maravilloso
> programa de siembra masiva de árboles maderables y frutales, porque
> tenemos que cuidar mucho que, si no se hace lo correcto y se carece de
> viveros certificados y material genético adecuado, nos vaya a salir “el
> tiro por la culata”, ya que podríamos estar repartiendo plagas y
> enfermedades del suelo, generando reservorios de Moscas de la Fruta y
> otras plagas y enfermedades, y multiplicando árboles sin el vigor ni
> características deseables. Permítanos sugerirle especies o cultivares
> de frutales tanto comerciales como silvestres, así como maderables, que
> además de producir frutas o madera, podrían mejorar el nivel de
> ingreso/vida de sus dueños por sus propiedades nutraceúticas,
> farmacológicas, cosmetológicas y saludables a nuestra salud (por su
> alto contenido de polifenoles antioxidantes, por ejemplo). ¡Para eso
> servimos los científicos y tecnólogos Sr. Presidente! Para tomar
> decisiones basadas en el conocimiento, y para apoyar políticas
> públicas, entre muchas otras cosas. ¡Trabajemos juntos de manera
> inteligente, sumemos, respetémonos! Los científicos le ofrecemos la
> enorme ventaja de operar escrupulosa y estrictamente mediante el
> “método científico”. Es decir, todas las aseveraciones que hacemos,
> están sustentadas en la aplicación de ese “método científico”. No
> operamos por dogmas, ideologías, preconcepciones, o ideas fijas e
> inamovibles. Somos ciudadanos profundamente libres, creativos, y
> confiables ya que estamos obligados a evitar caer en todo momento en los
> tres tipos de conflictos éticos tipificados como graves en el medio
> científico: de interés (cuando intereses personales influyen sobre la
> toma de decisiones a favor de esos intereses personales), de conciencia
> (cuando se tiene una idea fija e inamovible sobre algo y se asume una
> posición de poder que puede frenar el desarrollo de ideas contrarias),
> y de esfuerzo (cuando te comprometes a más cosas de las que puedes
> cumplir). Es decir, Sr. Presidente, seríamos aliados enormemente
> confiables, y por ello en lugar de denostarnos y denigrarnos, mejor
> respétenos y aprovéchenos. ¡No permitamos que la ciencia en México se
> ideologice y en consecuencia se persiga a quienes no comulgan con la
> ideología dominante!
>
> Quiero compartirle Sr. Presidente, que tuve el honor de dirigir por
> siete años consecutivos (2010 – 2017) uno de los 26 Centros Públicos
> de Investigación – CPI’s coordinados por el Consejo Nacional de Ciencia
> y Tecnología – CONACyT (me refiero al Instituto de Ecología, A.C. –
> INECOL). Pero mi relación con esta honorable institución data de al
> menos 30 años. Como Director del INECOL, tuve el honor de trabajar
> estrechamente con tres Directores del CONACyT: Juan Carlos Romero Hicks,
> Enrique Villa Rivera y Enrique Cabrero Mendoza. Repruebo y lamento los
> ataques que esta honorable institución ha venido recibiendo desde la
> transición gubernamental, y también repruebo los ataques que su
> último director, el respetado investigador del CIDE (otro CPI del
> CONACyT), Enrique Cabrero Mendoza, ha recibido y sigue recibiendo. No
> estoy de acuerdo, no son maneras de interactuar, y en consecuencia
> considero que el Dr. Cabrero merece una disculpa pública de la persona
> que designó como su sucesora, con quien, por cierto, comparto el gran
> honor de ser Premio Nacional de Ciencias y Artes. No creo que sea ni
> ético ni honorable estar acusando al Dr. Cabrero de corrupto, de malos
> manejos y de una pésima administración, cuando hasta la fecha no se ha
> presentado una sola prueba dura a la sociedad (ya van cinco meses de
> acusaciones). Se han atacado sin profundo conocimiento de causa
> programas tan benéficos para el país como los Fondos Mixtos
> (CONACyT/Gobiernos de los Estados [FOMIX]), los Fondos Institucionales
> de Fomento Regional para el Desarrollo Científico y Tecnológico
> (FORDECyT), las becas al extranjero, el Sistema Nacional de
> Investigadores, y varios otros. También a las sociedades científicas y
> consejos regionales de ciencia. Corrijamos los errores, sancionemos las
> acciones ilegales si es que estas se pueden documentar fehacientemente,
> pero no cancelemos iniciativas tan relevantes para el país por capricho
> o motivaciones ideológicas o de venganza. Evitemos enlodar
> gratuitamente las trayectorias de decenas, quizás cientos de personas,
> mujeres y hombres, que trabajaron (mos) bajo el liderazgo del Dr.
> Cabrero, y en varios casos, también bajo los liderazgos de Juan Carlos
> Romero Hicks y Enrique Villa Rivera. Me refiero a muchas y muchos
> Directo en s adjuntos del CONACyT, director en s de área, o a quienes
> ocuparon puestos de menor jerarquía, pero no menos importantes, todas
> personas honorables, capaces, comprometidas con su país y que dieron lo
> mejor de sí, por fortalecer el aparato científico y tecnológico del
> país. ¡No se vale Sr. Presidente destruir sus vidas y trayectorias,
> pisotear su lealtad al CONACyT y al país, hacer sentir mal a sus hijos
> y padres, ofendiéndol en s gratuitamente! Nadie es perfecto, y seguramente
> se cometieron errores de apreciación, pero tacharlos de corruptos y
> mafiosos, me parece un despropósito que repruebo porque en nada
> coadyuva a un ambiente de respeto que dignifique nuestras interacciones,
> algo que tanto nos hace falta en México. Una transformación o
> reinvención de una institución o país, no requiere de la destrucción
> de todo lo previamente construido para ser exitosa, sino de la
> sustitución de lo que está mal por algo mejor, si lo que realmente se
> busca es mejorar y no simplemente destruir.
>
> Su servidor ha sido crítico de la comunidad científica y tecnológica
> y por ello me atrevo a escribirle de manera tan directa. Lo fui con mi
> propia comunidad en el INECOL. Reconozco plenamente que en la comunidad
> científica y tecnológica acarreamos un serio problema de egos, y, en
> consecuencia, no hemos aprendido a comunicarnos de manera sencilla,
> humilde y efectiva con la sociedad. También reconozco que existen
> algunos cotos aislados de poder, y que efectivamente como comunidad, nos
> hemos despreocupado de muchos de los problemas que agravian y laceran al
> país.
>
> Cuando Director del INECOL, repetí en innumerables ocasiones que, al
> vivir de los impuestos de la sociedad, nos debemos a esa sociedad. Y que
> tenemos la obligación de involucrarnos en la solución de los grandes
> problemas que aquejan a la sociedad, entre ellos la pobreza extrema que
> afecta a más de 50 millones de conciudadanos, los agudos problemas de
> contaminación, deforestación y pérdida masiva de suelos por la
> erosión y contaminación, el problema de plagas y enfermedades y su
> explosión por el cambio climático global, las enfermedades de todo
> tipo, etc., etc. Por cierto, la solución al gravísimo problema de la
> obesidad y diabetes, no requiere de ciencia de frontera sino más bien
> de voluntad política para incentivar a las empresas que producen y
> venden refrescos y comida chatarra para que ya no lo hagan, y en su
> lugar, le ofrezcan a la población alimentos sanos. Tan fácil como eso
> ... Estoy convencido Sr. Presidente, y lo reiteré públicamente en
> muchos foros, que es nuestro deber involucrarnos en la generación de
> ciencia de frontera, ciencia comprometida, que derive en políticas
> públicas efectivas. Para eso se construyó, por ejemplo, el Clúster
> Científico y Tecnológico BioMimic®, en Coatepec, Veracruz, dentro del
> seno del INECOL, un espacio donde colaboran estrechamente el 50% de los
> 26 Centros Públicos del CONACyT, y muchas otras instituciones
> honorables del país y del extranjero, entre ellas LANGEBIO, SENASICA,
> el Colegio de Posgraduados, las Universidades de Valencia (España),
> Florida (EUA) y California (EUA), precisamente en la búsqueda
> focalizada de soluciones a problemas concretos de la sociedad y además
> con la ilusión de aprender mucho de la naturaleza, que, a lo largo de
> millones de años, ya ha encontrado la solución a todos los problemas
> habidos y por haber de los seres humanos. De ahí deriva el concepto de
> “biomimetismo” que representa el eje rector del Clúster BioMimic®. Todo
> esto se lo comenté personalmente a quien hoy dirige el CONACyT cuando
> me honró con aceptar una invitación a conocer este proyecto y a comer
> en nuestra casa, su casa Sr. Presidente, disfrutando de los productos de
> nuestra hortaliza y granjita urbana. Lo que hoy se propone como nuevo
> enfoque en el CONACyT, es exactamente lo que ya estamos haciendo desde
> hace años en este espacio público en Coatepec, Veracruz. Es importante
> que sepa Usted, Sr. Presidente, que el Clúster BioMimic® se pudo
> construir gracias a la visión de estado que tuvo el Diputado Federal
> Cruz López Aguilar, en su momento Presidente de la Comisión de
> Agricultura y Ganadería del Congreso de la Unión, de un ciudadano y
> funcionario público ejemplar (Dr. César Turrent Fernández), y de los
> tres Directores Generales del CONACyT antes mencionados, entre muchas
> otras personas profundamente comprometidas con México. También,
> gracias al apoyo de la Asociación de Productores, Empacadores y
> Exportadores de México (APEAM), quienes donaron 50 millones de pesos
> para crear una plaza de investigador para el país, y en 2004
> financiaron una investigación, por cierto, con cero aportes de parte
> del CONACyT, que logró abrir un mercado totalmente cerrado durante 80
> años. Esta Asociación está compuesta por productores que poseen desde
> media hectárea hasta más de 100 hectáreas de huertos de aguacate
> Hass. Es decir, desde muy pequeños y descapitalizados, hasta muy
> grandes y capitalizados, lo que hace a la APEAM un modelo a seguir en
> todo el país. En su momento la APEAM invirtió un millón de dólares
> en la investigación arriba mencionada, y esa inversión ha generado
> entre 2004 y hoy, ingresos al país por más de 6,500 millones de
> dólares y la creación de más de 55,000 empleos directos e indirectos
> a lo largo de la cadena de valor. ¿Alguien en su sano juicio podría
> dudar en consecuencia del altísimo valor de la ciencia para el
> desarrollo del país y el bienestar social?
>
> Lo invito Sr. Presidente a que pronto visite al INECOL y a muchos otros
> Centros Públicos de Investigación coordinados por el CONACyT. ¡Este
> modelo lo debe Usted multiplicar en todo el país! Estoy seguro que le
> entusiasmará conocer el “Semillero de Premios Nobel”, un exitoso
> programa que cumplirá 10 años diseñado para recomponer el tejido
> social y dedicado a los niños jóvenes talentosos de Veracruz y
> México, apoyado por la iniciativa privada además del CONACyT. También
> le entusiasmará conocer a decenas de jóvenes “Cátedras CONACyT”,
> quienes por cierto nunca debieron haber sido denigrados al acusárseles
> de estar “colgados de la nómina del CONACyT”, sino por el contrario,
> debieron haber sido felicitados por su extraordinario desempeño y labor
> por México. Conocerá además a decenas de investigadores e
> investigadoras adicionales, todas y todos comprometidos al 100% con la
> solución de problemas reales del país. También conocerá maravillosas
> colecciones biológicas, un jardín botánico y santuario de bosque de
> niebla de 30 hectáreas, plantas piloto 100% dedicadas a producir
> alimentos, plantas útiles, agentes de control biológico de plagas y
> enfermedades que ya están siendo utilizados por productores de tomate,
> café, papa y demás cultivos en todo el país. A través de las
> patentes generadas en tiempo récord, estamos apoyando su deseo de
> “consolidar la soberanía científica del país”.
>
> Le puedo aseverar Sr. Presidente, que, en México, no hay un sector de
> la población más auditado, más revisado y más evaluado que el
> científico y tecnológico. Cada año se evalúa estrictamente y sin
> miramientos nuestro desempeño, y de esta evaluación dependen nuestros
> estímulos a la productividad, cada tres años se nos evalúa por pares
> externos, sin conflictos de interés, y de ello dependen nuestras
> promociones o demociones, y dependiendo del nivel, cada cuatro o 10
> años se nos evalúa en el Sistema Nacional de Investigadores. El reto
> de obtener un doctorado y posdoctorado, ya sea en el país o el
> extranjero, representa un esfuerzo realmente extraordinario, muchas
> veces logrado con el apoyo de nuestras familias, el CONACyT, u otras
> instituciones nacionales e internacionales.
>
> ¡Por favor no nos denigre ni insulte, y en su lugar trabaje brazo con
> brazo con nosotros! Por lo que significa ser científico, y más aún
> mujer científica en México, repruebo y lamento muchísimo la manera
> como ha sido tratada otra distinguida colega, la Dra. Beatriz Xoconostle
> Cázares, quien fue recientemente obligada a renunciar a su puesto como
> Directora del Centro de Investigación Científica de Yucatán – CICY.
> Los métodos y acciones utilizadas para denigrarla, vilipendiarla,
> acosarla y finalmente doblegarla, son totalmente indignos del ambiente
> académico, pero también indignos de cualquier institución o país
> democrático donde se respetan los derechos humanos, leyes laborales y
> normas de civilidad. Sería alarmante que nos acostumbremos a estas
> acciones sin levantar la voz. Al menos un servidor no se puede quedar
> callado porque le estaría fallando a mi país y parafraseando a Paulina
> Rivero Weber, me “estaría fallando a mí mismo”. Y si lográsemos
> llegar al acuerdo que le propongo a Usted Sr. Presidente, en el sentido
> de que, a partir de ahora, será la ética y no la moral lo que nos
> guie, estas acciones no tendrían ya nunca más cabida en el nuevo país
> que juntos estamos construyendo.
>
> En el ámbito profesional le termino comentando, antes de abordar el
> ámbito ciudadano, que un servidor, así como miles de colegas en todo
> el país, estamos hondamente preocupados por una iniciativa de nueva Ley
> de Ciencia y Tecnología, que apareció, cual meteorito, en el Senado y
> que representa un verdadero retroceso en todos los sentidos, porque el
> planteamiento y su justificación son aberrantes. Irónicamente, ahora
> ya nadie reconoce su autoría, cuando es muy claro que un documento
> así, no surgió por generación espontánea. ¿Dónde quedó el valor
> civil y la ética de sus autoras y autores que ahora se esconden en el
> anonimato? Es inconcebible que se planteé centralizar todo el poder del
> aparato científico y tecnológico del país, no en una sola
> institución (el CONACyT), sino algo mucho más grave: en la persona
> designada para dirigir al CONACyT. ¡Es decir un poder absoluto y
> monárquico, sin ningún tipo de contrapesos!
>
> Retomando el acuerdo que le propongo sobre la adopción de la ética
> como eje rector de todas nuestras interacciones, considero que no es
> ético querer sorprender a la comunidad científica y tecnológica con
> un “albazo legislativo” de esta magnitud, y es aún menos ético hacer
> un planteamiento tan deshonesto intelectualmente como el que está
> detrás de esa iniciativa de Ley. ¿Qué intención hay detrás del mismo?
>
> Por respeto a su muy valioso tiempo Sr. Presidente, no podré abordar
> los detalles aquí, pero créame por favor que se trata de una propuesta
> insostenible, y por ello considero que lo más ético y sano para el
> país, es retirarla y archivarla. O si se insiste en discutirla, le
> propongo que se les dote de plena autonomía financiera y operativa a
> los Centros Públicos de Investigación ahora coordinados por el
> CONACyT, ya que representamos la segunda fuerza científica y
> tecnológica del país, y, por lo tanto, ya estamos listos para
> independizarnos.
>
> En el mismo orden de ideas, le comento Sr. Presidente, que miles de
> integrantes de la comunidad científica y tecnológica del país, nos
> sentimos decepcionados y engañados por el presupuesto asignado al
> CONACyT en 2019. Usted, en al menos tres eventos públicos de los cuales
> existen versiones grabadas, empeñó su palabra en el sentido de que el
> Presupuesto del CONACyT no sufriría merma y además sería ajustado a
> la inflación. Es por ello que no entendemos cómo fue posible que se le
> recortaran al menos 2,500 millones de pesos al CONACyT, y tampoco
> entendemos cómo fue posible que su titular haya guardado sepulcral
> silencio ante tan grave atentado.
>
> Le solicito, con el mayor de los respetos, que la promesa empeñada sea
> cumplida cabalmente, así como fue el caso con las universidades
> públicas. Termino esta ya larga reflexión, expresando algunas ideas,
> sugerencias, y críticas de buena fe desde la perspectiva de ciudadano.
> Los más de 30 millones de votantes que lo eligieron de manera
> abrumadora, gritándole al mundo, con toda razón, que los mexicanos
> queríamos un cambio de fondo, que estábamos hartos de la corrupción y
> violencia descarnada, no otorgaron una mayoría absoluta al partido
> hegemónico, ni en el Congreso ni en el Senado.
>
> Ese mensaje fue profundo. Haber logrado “a toro pasado” esa mayoría
> absoluta en el Congreso corrompiendo los preceptos de democracia más
> elementales, por medio de burdas deserciones de un partido a otro, me
> parece gravísimo para nuestro futuro, y resta legitimidad democrática
> a cualquier Ley que se vote en esa cámara baja. Ojalá escuche de su
> parte un pronunciamiento enfático en ese sentido. Como ciudadanos no
> debemos tolerar que “diputadas (os)” sin ética alguna, se muevan de un
> partido al otro, cuando fueron elegidos mediante una boleta asociada a
> un partido claramente definido, socavando gravemente nuestra democracia.
>
> También le pido encarecidamente Sr. Presidente, con el mismo respeto
> con el que inicié esta reflexión, que por favor analice reconsiderar
> algunas de sus decisiones. Errar es de humanos, reconocer los errores
> enaltece. Usted tiene una enorme y bien ganada legitimidad, y deseo
> mucho que esa legitimidad le siga acompañando a lo largo de toda su
> gestión de seis años. En consecuencia, le solicito reconsidere la,
> para muchos, incomprensible decisión que tomó en relación al nuevo
> aeropuerto de la Ciudad de México. Comprendo perfectamente que su
> intuición y la información confidencial a la que tuvo acceso, le haya
> llevado a concluir que en esa obra había mucha corrupción o al menos
> manejos poco aseados. Lo que esperábamos muchos mexicanos, es que se
> documentaran los supuestos actos ilícitos, se denunciaran y se
> enjuiciara ejemplarmente a las y los potenciales responsables. Pero
> jamás imaginamos que Usted cancelaría una obra tan urgente y necesaria
> para el país, que traería tantos beneficios para el mismo. Argumentar
> que un lago muerto y apestoso (lo que fue el lago de Texcoco es hoy un
> caño de la CDMX), destruido hace muchos años, era la razón para
> cancelar la obra, es poco creíble. En cambio, el Lago de Zumpango,
> aledaño a Santa Lucía, sí es aún rescatable. Un geólogo de la UNAM
> ya nos informó que los suelos en Santa Lucía son idénticos o muy
> similares a los de Texcoco, por lo que el argumento de la falta de
> idoneidad de los suelos también pierde peso. Además, proponer que en
> esos suelos totalmente salinizados se implementará un programa de
> reforestación, es poco serio, salvo que se generen árboles tolerantes
> o resistentes a tales niveles de salinización por medio de la tan
> vilipendiada ingeniería genética. Nadie en su sano juicio aprueba los
> abusos sociales cometidos previos al inicio de la obra, pero estos
> últimos se deben resarcir generando empleos dignos, no cancelándolos.
> Y algo aún más de fondo: hoy no tenemos prácticamente opciones para
> construir un aeropuerto de la magnitud que requerimos, porque durante
> decenas de años se permitió, mediante esquemas corruptos e
> irresponsables, la urbanización caótica y voraz de millones de
> hectáreas de terrenos agrícolas y forestales. Mejor ataquemos de
> frente eso, y no cancelemos, repito, una obra tan necesaria para el
> país en la que ya se han invertido cientos de miles de millones de
> pesos y que tendrá, al momento de su cancelación total, un 40% de
> avance. Además, ya la IATA, MITRE y muchas otras instituciones
> calificadas para emitir opiniones altamente especializadas y técnicas,
> han dicho una y otra vez, que el esquema de tres aeropuertos no es
> viable por muchas razones técnicas. Le propongo Sr. Presidente, que
> mejor acuerde con los constructores y demás beneficiarios de la obra y
> del aeropuerto una vez funcionando, que financien, obligatoria y
> permanentemente, un masivo programa de reforestación en todas las
> montañas y cuencas hidrológicas que rodean a la CDMX, que también se
> frene por ley la urbanización de todo suelo agrícola y forestal que
> aún es viable alrededor del nuevo aeropuerto, que se rescaten todos los
> ríos y cuerpos de agua aledaños a la CDM, y finalmente, que se genere
> un esquema masivo de captación de agua de lluvia en la gigantesca
> metrópolis que ya casi cubre, sin mediar fronteras de por medio, la
> CDMX, el Edo. de México, Puebla, Tlaxcala e Hidalgo. Eso será mil
> veces más benéfico para la sociedad y el pueblo, que cancelar una obra
> tan necesaria para el país. Sr. Presidente, no perderá Usted un ápice
> de legitimidad si da marcha atrás, por el contrario, ganará mucha
> credibilidad y confianza, incrementará su imagen de estadista
> visionario, y desde una perspectiva ética, recuperará lo perdido con
> la “encuesta” que no fue en realidad tal cosa, sino más bien un
> ejercicio que debería ser archivado en los anales de la historia como
> vergonzoso. Por eso mismo, su imagen, su credibilidad, su liderazgo, se
> incrementará enormemente si es capaz de aceptar que, en este caso
> particular, fue mal asesorado y en consecuencia se equivocó de buena
> fe. ¡Anímese Sr. Presidente, la historia se lo reconocerá! Hay otros
> temas sobre los cuales me gustaría platicar largamente con Usted, pero
> considero que he abordado temas torales, y tampoco deseo abusar de su
> valioso tiempo. Por ejemplo, la idea de que tod en s l en s beneficiarios de
> sus programas de apoyo a sectores desprotegidos, sean invitados a
> desarrollar una labor social a cambio del apoyo recibido. Eso generaría
> un maravilloso círculo virtuoso. O que generemos un esquema masivo de
> hortalizas urbanas y periurbanas en todo el país.
>
> Espero que esta propuesta de “Constitución Ética” y respetuosa
> reflexión sobre la ciencia en México, sea bien recibida por Usted Sr.
> Presidente porque fue escrita con genuino respeto a su persona, a lo que
> Usted representa, y con la enorme ilusión de aportar algo útil a mi
> querido México. Espero poderme sentar a dialogar con Usted muy pronto
> si acepta la respetuosa invitación de visitar al INECOL y al Clúster
> Científico y Tecnológico BioMimic® en Coatepec, Veracruz en fecha
> próxima. ¡Será tratado con mucho respeto, civismo y calor humano! Y,
> además, su visita seguramente ayudará a resolver en parte la terrible
> espiral de violencia descarnada y demencial que sufrimos, cada vez con
> mayor angustia y zozobra, los ciudadanos de Coatepec y la ciudad capital
> de Veracruz, Xalapa.
>
> Martín R. Aluja Schuneman Hofer
>
------------ próxima parte ------------
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